Con el otoño llega el tiempo de las setas, una joya de la naturaleza que cada vez cuenta con un mayor número de adeptos. Basta con recorrer estos dÃas los campos, bosques y montes de de nuestra tierra para ver a una multitud de gentes buscando y rebuscando para encontrarlas, por desgracia no siempre de la manera más adecuada. Las setas de cardo, las más abundantes en nuestra geografÃa, son las que gozan de mayor popularidad, probablemente junto a los nÃscalos. Aunque tenemos opciones de elegir una gran variedad de las que surgen en otoño.
Eso sÃ, siempre damos el mismo consejo: SI NO SABES, NO LAS COJAS
La variedad es grande, desde las trompetas de los muertos, los rebozuelos o los gurumelos hasta las deliciosas amanitas cesáreas, las setas de los césares, conocidas popularmente como oronjas o tanas en AndalucÃa, y que son las más cotizadas en el mercado. MagnÃficas para comer en crudo, laminadas, con un chorrito de buen aceite. Todas ellas resultan muy agradecidas en el plato por su aroma, sabor y textura. Y además, son un producto muy poco calórico Pero ojo, no es oro todo lo que reluce. Muchas de las setas y hongos que se sirven estos dÃas en los restaurantes llegan de lejos, especialmente de Centroeuropa, y no siempre con la misma calidad que las de aquÃ.